De Entre Ríos a la NASA

De Entre Ríos a la NASA

El joven entrerriano que ganó un concurso de la NASA contra ingenieros de todo el mundo.

Benjamín Cinto es de Gualeguaychú, estudiante de último año de la Ingeniería Mecánica en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), y fue reconocido a nivel mundial por la creación de una innovadora llave egipcia.

La propuesta que presentó Cinto fue parte de la cursada de la materia “Síntesis de Mecanismo y Maquina”, donde el concurso fue propuesto como parte de la materia en forma de trabajo práctico. Así inventó su “llave egipcia”, un producto inspirado en el funcionamiento de las cerraduras que se utilizaban en antiguo Egipto con un pasador con forma de cuña que, cuando avanza, hace caer pestillos y bloquea el sistema.

Este desarrollo fue central teniendo en cuenta el objetivo del concurso a escala mundial: crear un dispositivo que bloquee de manera segura los segmentos de estructuras espaciales al contacto para evitar que se activen en el lanzamiento. Además, debía lograr cumplir con las restricciones físicas que establecía el concurso, como el tamaño y la baja masa.

Benjamín comentó que se trató de un gran desafío. “Llegamos a través de una cátedra de la facultad. Nos lo presentaron como trabajo práctico participar de este desafío internacional donde hay ingenieros y diseñadores de todas partes del mundo. Yo estudio Ingeniería Mecánica en la Universidad Nacional de Rosario, la educación pública me ha dado las herramientas para competir con personas ya consagradas en la ingeniería a nivel internacional”.

El proyecto fue denominado “Llave egipcia”, después de que su hermano menor le indicara que era similar a un mecanismo usado por esa antigua civilización.

Según contó Benjamín días atrás, “el desafío consistió en diseñar, en un modelado 3D, un mecanismo para asegurar la unión de segmentos de estructuras espaciales -como antenas o telescopios- una vez que hayan alcanzado su órbita en el espacio exterior, habiendo superado las condiciones del despegue de la nave transportadora”.

Entre los requisitos del desafío figuraba que el mecanismo se active sin depender de un comando enviado desde la Tierra o de una nave, soportar las condiciones de aceleración del lanzamiento y tener muy baja masa -inferior a 1 kilo-, con la capacidad de hacer una fuerza específica para cumplir su función correctamente.

Benjamín se enteró que había sido premiado en una sala de espera y a punto de hacerse un chequeo médico. “Nadie entendía por qué me reía en medio de gente que esperaba ser atendida por un médico” recordó. Primero le contó a su familia y a su novia, y después en la facultad, donde fue felicitado por sus compañeros, docentes y autoridades.

“Es importante recibir el reconocimiento dentro de la facultad para seguir estudiando y mejorando”, apuntó. “Espero que mi experiencia sirva para inspirar a otros, para reivindicar la educación pública y si sirve para que me contacte alguna empresa que busque innovar o generar impacto, bienvenido sea”, concluyó.